Rompiendo el Silencio contra el Bullying

"Rompiendo el Silencio contra el Bullying " es un blog dedicado a concienciar y luchar contra el acoso escolar. Dirigido por Ana Serrano, madre de una niña que sufrió bullying, este espacio ofrece recursos, consejos prácticos y testimonios para apoyar a víctimas, padres y educadores. El objetivo es romper el silencio, fomentar la empatía y promover entornos escolares seguros y respetuosos. ¡Juntos, podemos marcar la diferencia!

Testimonios. Mi Hija y Nuestra Lucha contra el Bullying

 


Nuestra Historia: Cómo Vivimos el Acoso Escolar

Soy Ana, la creadora de este blog, y hoy quiero compartir con ustedes nuestra experiencia, la historia de cómo mi hija fue víctima de acoso escolar durante varios años, algo que marcó nuestras vidas profundamente. Mi objetivo al contar esto es ayudar a quienes están pasando por una situación similar, darles fuerza y ​​orientarles para que no permita que el acoso se normalice.

Desde pequeña, mi hija siempre fue una niña muy inquieta, habladora, juguetona y cariñosa. En el colegio no había tenido problemas serios; los profesores la conocen bien por su carácter activo y social. No tenía un grupo fijo de amigos, cambiaba según los juegos que le interesaban, y según los maestros, socializaba mucho. Todo parecía estar bien, hasta que comenzó el tercer curso de primaria.

El Comienzo del Acoso

El problema surgió cuando, en tercero de primaria, mezclaron dos clases y cambiaron de profesora. Al principio, mi hija no se quedó del cambio, pero poco a poco empezó a contarnos que algunos compañeros se reían de ella o se burlaban. Como cualquier madre preocupada, hablé con la profesora, pero me aseguró que no había ningún problema en clase y que eran "cosas de niños". Después de esa conversación, las quejas de mi hija disminuyeron, pero sabíamos que algo no estaba bien.

Al iniciar cuarto de primaria, la profesora anterior se jubiló y llegó una nueva, mucho más joven, que había trabajado con niños problemáticos. Ella nos transmitió confianza al inicio, pero fue entonces cuando comenzó el acoso. Mi hija empezó a venir a casa todos los días contando que la insultaban, la ignoraban o la empujaban. Al preguntarle qué hacía al respecto, me dijo que se lo contaba a los profesores, pero que no hacían nada, solo le pedían que se fuera a otro sitio a jugar.

La negación del problema

Decidí tener una tutoría con la nueva profesora. Me dijo que no había de qué preocuparme, que eran "cosas de niños". Estas palabras me pesaron muchísimo. Sin embargo, confiamos en que la situación mejoraría, ya que nos aseguraron que estarían atentos. Desafortunadamente, las cosas no cambiaron. Poco después, una madre me llamó alarmada porque mi hija había sido agredida por un grupo de niñas que incluso habían organizado el ataque frente a otros compañeros.

Estábamos destrozados. Mi esposo y yo decidimos acudir a la dirección del colegio, pero la reunión fue un fracaso. La jefa de estudios culpaba a mi hija de todo, y el director no tomó el asunto en serio. Salimos con la promesa de que tendríamos una reunión formal, pero tardaron una semana en darnos una cita, mientras el acoso continuaba. En cada reunión, trataban de restaurarle importancia, siempre diciendo que lo iban a vigilar, pero nunca pasaba nada concreto.

El Protocolo Nunca Abierto

Decidimos contactar con una asociación especializada en acoso escolar. Nos explicaron que el colegio debía haber abierto un protocolo de acoso escolar, pero esto nunca sucedió. A pesar de las reuniones y nuestras peticiones, el colegio seguía negando la gravedad de la situación.

Al finalizar el cuarto curso, teníamos la esperanza de que el año siguiente mi hija no estaría en la misma clase que las acosadoras. Pero no fue así. Comenzó quinto con las mismas niñas y la misma tutora.

Este año, sin embargo, decidimos no dejar que pasara un curso más sin tomar medidas. Solicitamos una reunión desde el primer día. Afortunadamente, había una nueva jefa de estudios, quien se comprometió a tomar en serio el caso. Aun así, los problemas continuarán, aunque de forma más sutil, especialmente en el recreo. A pesar de los esfuerzos, el acoso no cesaba por completo.

El Impacto del COVID y la Final de la Pesadilla

La pandemia del COVID-19, irónicamente, trajo un respiro. Las niñas que acosaban a mi hija dejaron de tener contacto cercano con ella, y la situación mejoró considerablemente. En sexto curso hubo algunos incidentes, pero la situación estaba más controlada. Cuando pasé al instituto, me preocupaba que las cosas pudieran empeorar, pero afortunadamente, la dirección del nuevo centro actuó rápidamente cuando hubo algún problema, y ​​el acoso no continuó.

Reflexiones y consejos

Mirando hacia atrás, me doy cuenta de los errores que cometimos por confiar demasiado en el colegio y no ser más insistentes en abrir el protocolo de acoso escolar. Por no querer enfrentarnos directamente al centro, dejamos pasar mucho tiempo creyendo que la situación mejoraría sola.

Hoy en día, sigo informándome y leyendo sobre acoso escolar, y este blog es mi forma de ayudar a otras familias que pasan por lo mismo. Mi consejo para todos es que no esperen, que tomen medidas desde el primer momento y no permitan que el acoso sea minimizado o ignorado. El bienestar de nuestros hijos es lo más importante, y no debemos dudar en defenderlo.

4 Comments

  1. Estoy totalmente de acuerdo contigo. A nosotros nos pasó igual. Mi hija empezó con estos problemas en quinto y ya en sexto se agravó y de qué manera. El centro no actuó en condiciones y a día de hoy me echo la culpa de no haberlo abierto. Finalmente actuó policía nacional de oficio y la dejaron en paz, pero el aislamiento social fue brutal.
    Mi hija no tiene amigos con los que salir aún y arrastra secuelas serias.
    Ánimo y esperanza

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    1. Buenos días, muchas gracias por visitar mi blog y dejarme su comentario.
      Siento que tu hija haya pasado por eso, es una pena que los niños tengan que pasar por estos duros momentos.
      Si quieres dejarme tu testimonio para servir de ayuda a otras familias, puedes escribirme por privado y hablamos, por supuesto puedes hacerlo de forma anónima.
      Un abrazo!!

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  2. Hola Ana, tienes un blog extraordinario, bonito y muy necesario. Gracias por alzar la voz y dar visibilidad a este tema. Se me encoge el pecho al leer las historias. Tristemente no serán las últimas. Existe un problema social generalizado sobre la educación en valores, más bien, por la escasa educación en valores, que ligado a la gran exposición a las redes sociales crea mayor enquistamiento. Pero este blog, y las ganas con las que lo llevas a cabo son un un gran paso al cambio.

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    1. Hola, muchas gracias por tus palabras.
      Es mi intención, dar más visibilidad al acoso escolar y que poco a poco se vayan tomando medidas para eliminarlo, aunque desgraciadamente es complicado...
      Un abrazo

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